Span-12 Art's Testimony
Art Katz

Arthur "Art" Katz (1929 - 2007). American preacher, author, and founder of Ben Israel Fellowship, born to Jewish parents in Brooklyn, New York. Raised amid the Depression, he adopted Marxism and atheism, serving in the Merchant Marines and Army before earning B.A. and M.A. degrees in history from UCLA and UC Berkeley, and an M.A. in theology from Luther Seminary. Teaching high school in Oakland, he took a 1963 sabbatical, hitchhiking across Europe and the Middle East, where Christian encounters led to his conversion, recounted in Ben Israel: Odyssey of a Modern Jew (1970). In 1975, he founded Ben Israel Fellowship in Laporte, Minnesota, hosting a summer “prophet school” for communal discipleship. Katz wrote books like Apostolic Foundations and preached worldwide for nearly four decades, stressing the Cross, Israel’s role, and prophetic Christianity. Married to Inger, met in Denmark in 1963, they had three children. His bold teachings challenged shallow faith, earning him a spot on Kathryn Kuhlman’s I Believe in Miracles. Despite polarizing views, including on Jewish history, his influence endures through online sermons. He ministered until his final years, leaving a legacy of radical faith.
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Topic
Sermon Summary
In this sermon, the speaker emphasizes the importance of prioritizing the evangelization of the Jewish people. He challenges the idea of following a formula or step-by-step approach in witnessing to Jews, emphasizing that it is a matter of ultimate importance, just like preaching. The speaker shares his personal experience of encountering a man who spoke profound truths and a simple girl who demonstrated the light of God, leading to his own salvation. He also references biblical passages that highlight the significance of reaching out to the Jewish people and the need to see things as God sees them.
Sermon Transcription
You know that recently I met my brother Aaron in Israel. So we set a date that was delayed for a year, more or less, his arrival here. And when finally the date was set again, he wrote me a note in the email asking if it would be a problem if I brought a partner with him. Yes, that's fine brother, with pleasure. So he brought this partner, and we started talking about how the Lord guided us, to me in particular, in the question of genealogy, and in a matter of two weeks in Pennsylvania, by miracle after miracle, I learned things that my mother and her sisters tried to find out for 80 years. And by pure miracles. So I mentioned to them something about who my grandfather was, one on my mother's side. So this couple started asking me, and your grandfather, by chance, did he ever go to Canada to work on a farm? Yes, yes. And your grandfather died there, working on that farm, helping the indigenous people? Yes, that's right. And his first name is Santiago James? That's right. So the sister says, my grandmother married him. So we are cousins, politicians. Primeros, como se dice? De primer grado. Politicos. Porque su padre, no, su padre y mi madre, eran hermanastros. Imagínense, como es el Señor, no? Que confirmación de que estamos andando en el Espíritu, y que todo esto fue organizado por un Dios de amor. Un Dios tierno. Entonces, es un gozo tener estos hermanos. Daniel y Sarah Gautalese. Están trabajando con el hermano Arturo, perdón, en su obra en Minnesota. Amén. Pónganse de pie, por favor, y vamos a cantar este coro una vez más al Señor, y después otro corito. También al griego. Ay, hermano, no es realmente tan importante quién es primero y quién después. O sea que nosotros estamos dispuestos a meter allí nuestros pensamientos humanos? Cuando Dios mismo fue quien estableció esa prioridad y ese orden, al judío, primeramente, no los dejemos para de último. Porque de alguna manera, lo que queda para de último, nunca llega. Ellos son enemigos por causa, por el bien de nosotros. Alguien le preguntaba a José, durante el intermedio, pregúntele cómo podemos testificarle a un judío. ¿Primer paso? ¿El principio número uno? No les gustaría a ustedes eso. ¿Cómo hacerlo? ¿Uno, dos, tres, y ya estuvo? Ya se están volviendo demasiado organizados. No hay, no existe el uno, dos, tres. No existe una fórmula. Sino que es un requisito de lo más alto. Así como predicar. Como si la vida y la muerte están en juego. ¿Y quién es suficiente? ¿Quién es capaz de estas cosas? ¿Es un Dios que tiene que ser hecho para nosotros sabiduría? ¿Tiene que darnos las palabras que tiene? ¿Puede que nosotros, en algún caso, empecemos con un insulto? Como yo he hecho en ocasiones numerosas con judíos. ¿Tú te llamas a ti mismo un amante de la verdad? ¿Y pasas horas de horas en las bibliotecas universitarias? ¿Buscando información esotérica? ¿Y nunca te has puesto a estudiar? ¿La validez de las credenciales de este Jesús? ¿A quien todo el mundo adora como su Mesías? ¿Y qué, cómo te atreves a hablar de integridad intelectual? Como le dije una vez a una mujer en un avión. Y nos sucedió también volando para acá. Si usted no tiene celos por la verdad, que siempre es inconveniente, entonces, ¿cómo usted se atreve a ser judía? Ahora, yo no estoy diciendo que ustedes tengan que decir eso. O sea, no les estoy dando un principio, un método. Sino les doy una ilustración de cuán variable será el Señor cuando Él tiene su boca como posesión Suya. Y usted no está dependiendo de Juan 3.16 como una fórmula de éxito seguro cuando usted mismo no sabe qué decir. ¿Pero usted lo usa únicamente como algo que cree que le va a abrir puertas o algo conveniente? Juan 3.16 dejó de ser la palabra de Dios. Es un cliché inepto. ¿El Señor no lo dio? Entonces, ¿cómo es que usted se atreve a utilizarlo? Ay, para evitarse la vergüenza. Cuando usted no ha tenido la fe para confiar en Dios. Con esa palabra única del Señor. Calculada para esa alma judía a quien el Señor conoció desde el vientre de su madre y ha llevado a enfrentar su momento de verdad para que oiga algo que penetre su ser que salga de la boca Suya. El judío nos mueve, nos obliga a ser la Iglesia. Su incredulidad o la incredulidad, la apostasia de ellos, se vuelve nuestro desafío. Y esa Iglesia que puede confrontar la autoridad de su propia nación en la colina de Marte también podrá confrontar al judío. ¿Están ustedes alabando a Dios por esta sabiduría, por esta gracia? ¿De cómo Dios nos ha unido con su pueblo? En una reciprocidad inextricable. Nosotros no los habríamos escogido. Pero Dios en su sabiduría nos ha movido para estar el uno con el otro. Y eso es lo que tenemos que hacer. De lo contrario, ni ellos ni nosotros llegaremos al lugar eterno de la gloria de Dios. Es por eso que Dios nos esparció a nosotros, los judíos, por todas las naciones. Yo los he encontrado hasta en Tokio. Tengo un amigo judío ortodoxo jazidita que habla chino mandarín. O sea, la Iglesia no está exenta en ninguna parte. Y si no hay judíos aquí, el Señor los traerá. ¿Cuándo, hermano? En una hora muy profunda. En el cumplimiento de su palabra. En el tiempo de la angustia para Jacob. Del cual Jesús habló en Mateo 24, que viene un tiempo de tribulación que será mayor a lo que antes haya sucedido y que nunca más volverá a suceder igual. Y ese tiempo no será cortado y si ese tiempo no fuera cortado, ninguna carne judía sobreviviría. Pueden contar con esto. El día vendrá cuando estarán viniendo de Argentina, Brasil, Perú, de todas las naciones a donde hemos sido esparcidos y pasaremos por ese pequeño cuellito de tierra que se llama América Central destituidos, sin esperanza, abandonados, arrojados de la tierra, perseguidos hasta la muerte porque las potestades de las naciones no buscan su sobrevivencia. No quieren que su rey venga y gobierne sobre ellos, sobre todas las naciones. Cuando esto suceda, será algo repentino. Ellos no podrán llevarse consigo sus fortunas, sino sólo lo que lleven consigo. Yo tuve un sueño en cuanto a Argentina. Yo ni siquiera he ido a Argentina, pero yo sabía que era Argentina. Porque en el sueño un hombre me preguntó, ¿Mire cómo le gusta Argentina? Pero la escena que quedó quemada aquí en mi memoria, estoy viendo un edificio así, lo que en Estados Unidos se llama una armería, y estaba repleto de petates, por decirlo así, de tela, en donde la gente duerme, y evidentemente eran colchones en donde la gente había dormido esa noche, pero habían tenido que ser trasladados de ese lugar a otro, huyendo. Eso viene. ¿Vendrán de Norteamérica también? ¿Es por eso que nosotros mismos estamos en Minnesota? Usted no puede imaginarse el invierno allá. Es para mí imposible describirles mi invierno. Son inviernos que vienen del Ártico, y hemos estado allí 24 años, porque llegó el momento en el tiempo, cuando el Señor me llevó a un terreno, a una propiedad, en ese lugar remoto, silvestre, siendo yo un neoyorquino urbano, un graduado de la Universidad de California, y me llevó a un lugar remoto que no era nada, para establecer un refugio para judíos que estuvieran huyendo en los últimos tiempos. Mateo 25 habla acerca de cuando el Señor dicta por primera vez su juicio, o emite su juicio, después de que Él sea asentado como Rey, con la restauración del remanente de Israel, que se constituirá en la nación restaurada. Y en base a qué cuestión decide Él el juicio de las naciones gentiles. ¿Qué hiciste con estos más pequeños, de tus hermanos? Pero Señor, ¿cuándo te vimos desnudo, ¿cuándo te vimos forastero, o te cubrimos, o te recogimos? Porque no lo hiciste a los más pequeños de estos mis hermanos, tampoco lo hicisteis a mí. Creyeron que eran espirituales, pero no fueron capaces de discernir mi afinidad, mi unión con mi propio pueblo, quienes han llegado a ser, o a convertirse en los más pequeños en todas las naciones. Despreciados, rechazados por los hombres, marcados o lastimados más que todos los demás, en aquel día ellos no tendrán ninguna hermosura que codiciar en ellos. Y tal vez nosotros no quisimos reconocer que eran los hermanos del Señor, porque aceptarlos, para vestirlos, para alimentarlos, darles refugio, cubrirlos, extender misericordia para que obtuvieran misericordia, bien podría requerir nuestra propia vida. Porque si el poder del Anticristo es dejado en libertad para atormentarlos, para perseguirlos en todas las naciones, de lo cual el tiempo de los nazis no fue más que un adelanto, ¿cuál será el destino de aquellos que sean sorprendidos ayudándolos? Bien podría significar nuestra vida. ¿Y para qué tiene que hacerlo usted? ¿Y qué hicieron los judíos por usted? Ah, tal vez ellos están recibiendo lo que se merece. Ah, son los banqueros internacionales, etc., etc. Se necesitará un amor fuera de lo común, para que un pueblo que no esté en su mejor condición, en su condición más educada, podría decirlo así, enojados, molestos por lo repentino que ha venido sobre ellos. Todo les habrá sido quitado, habrán sido despojados de ellos. Puede que culpen a la Iglesia, así como culpan a la Iglesia actualmente por el holocausto que pasó, y culparán a la Iglesia otra vez, y llegarán a usted en esa condición, así amargados, hostiles, los enemigos por amor a vosotros, y ni siquiera van a estar agradecidos por el sacrificio tan costoso, por la hospitalidad tan costosa, y ¿cuál será tu respuesta entonces? En la crisis de esa confrontación, ¿qué es lo que revelará eso acerca de ti mismo? Pueden ustedes leer estas Escrituras en su tiempo libre. Ezequiel capítulo 20, del verso 33, no lo busquen ahorita. Dios, hablándole a Israel, dice, hablando de los judíos globalmente, Jacob, el pueblo de Jacob, me encontraré con vosotros en el desierto de las naciones, cara a cara, y allí llegaréis al lazo de mi pacto, bajo la vara de mi autoridad, y seréis despojados en vuestra experiencia en el desierto, y consideraréis categorías que jamás habríais considerado si hubierais quedado en esa comodidad lujosa y prosperidad. Así fue como yo personalmente fui salvo, hace 35 años, en las naciones, huyendo, trasladándome de un lugar a otro, un hombre que había llegado a lo último de sí mismo, lo último de sus categorías, lo último de sus suposiciones humanísticas, lo último de sus ideologías, arrojado ante el mundo, desarraigado del lugar con el cual estaba familiarizado, yo tenía todas mis posesiones en los hombros, moviendo, siendo trasladado, siendo llevado a distintos lugares. Yo guardé un diario de esas experiencias. Fue mi primer libro. Está en inglés, en francés, en hebreo, en alemán, en sueco, pero no lo tengo en español. Oren por eso. Es un entendimiento increíble dentro de la mentalidad del judío moderno, confrontado con Cristo, en lo extremo de su vida, de su necesidad, por un Dios que ni siquiera estaba buscando. Porque alguien lo levantó de la vera de una carretera. Alguien lo metió en su casa. Alguien le habló a él, no una fórmula, no un cliché, sino la palabra del Dios vivo. Alguien puso en sus manos un libro que jamás había leído, jamás había abierto. Yo era un intelectual judío. El Nuevo Testamento. Y desde la primera vez que lo leí, así, por encima de... yendo en la cubierta de un barco de vapor de los más pequeños, la forma más barata en que un hombre podía viajar de Italia a Grecia, estaré haciendo ese mismo viaje en unos meses, pero ahora ya como creyente. Pero ahí hice ese viaje como ateo. Abrí este libro, y la única razón por la que quería leer el libro, habiendo visto de menos la Biblia, no digamos el Nuevo Testamento, la única razón por la que quise leer eso fue las cualidades, el carácter que vi en las personas con quien me encontré al lado del camino. Yo era un hombre soberbio y estaba siendo despojado. Porque, y así será despojada mi nación entera, y debe ser despojada, porque no será una forma fácil en la que ellos llegarán al Señor. Usted podrá decir, ¿Usted es algo, hermano? Ser como ese dicho, el agua que cae del pato. Pero en la crisis de ser destituidos, despojados de nuestros ídolos, de nuestras ideologías, de pronto allí nuestro oído es abierto para oír algo nuevo, incluso con el nombre menospreciado de Jesús. Yo estuve en Suiza, parado bajo la lluvia durante tres horas. Los coches pasaban por allí como si yo ni siquiera existiera. ¿Y en dónde estaba la fraternidad, la hermandad humana, en la que había invertido yo toda mi fe, toda mi vida? Siguieron de largo sin siquiera verme. Fue sabio que me evadieran. Debido a la condición de ira y de amargura que yo tenía. Pero un hombre sí se detuvo. Con un carro nuevo. Yo pensé, ¿y este qué busca ganar? Y él no sólo me saludó y me dijo, ¡entre! No, se bajó de su carro y agarró mi mochila sucia, mojada, y la puso en la parte de atrás de su carro. Y yo pensé, ¿y no estará preocupado por sus muebles, por los asientos? ¿Qué tipo de hombre es este? ¡Sí! Y él hizo que yo me sentara, y empezamos a manejar, y yo me sentí como que yo fuera un huésped exaltado. ¿Cómo lo pueden hacer sentir a uno así? ¿Aquel que ha sido reducido a hacer absolutamente nada? ¡Ah! Y se volvió hacia mí y me dijo en alemán, ¿y por qué estás viajando así? Y de pronto yo hacía la gracia para responder. Nunca he sido muy bueno para los idiomas. Yo le dije, ¡es que soy un hombre moderno! Yo bien pude haber dicho, ¡yo soy el hombre moderno! ¡Eso es lo que los judíos somos! ¡Tenemos la esencia del modernismo! ¡Nosotros lo establecimos! ¡Ustedes ven nuestras películas! ¡Leen nuestros libros! ¡Ustedes acuden a nuestros psiquiatras! El hombre moderno llegando al borde de sí mismo, cuyo mundo había fallado, y sus falsos dioses. Y yo le dije, ¡soy un hombre moderno, cuya vida ha sido destruida desde sus cimientos, y estoy buscando las respuestas más profundas a la vida! Y le dije, ¡que yo sea de paso, soy judío! Y yo quería haber podido recoger esas palabras. ¡Le tenías que haber dicho eso! ¡Ah, ahora ya va a cerrarse! Me di vuelta, y el hombre estaba resplandeciendo como una luz. ¡Un judío, me dijo! ¿Como si eso de alguna forma fuera especial? ¡Para mí, eso no había sido más que un enigma y un problema toda mi vida! Y él insistió en que nos detuviéramos para comer. ¡Qué conversación de oro la tuvimos! ¡Qué momento de verdad! ¿Qué dijo? ¿Qué dijo? ¡Nada! ¡Pero me escuchó! ¡Vaya, si no extrajo mi corazón para escucharlo! ¡Yo no podía creer lo que le estaba compartiendo! ¡Los secretos más profundos de mi vida! ¡La angustia de mi alma! ¡La frustración de un hombre a quienes sus dioses le han fallado! ¡El mundo sin esperanza! ¡Que se estaba derrumbando bajo su propio peso! ¡Nación contra nación! ¡Raza contra raza! ¡Con un derramamiento de sangre! ¡Genocidio! ¡Y no hay respuestas! Así es que vi a este hombre. ¿Qué me va a decir él a mí? ¡Yo solía ser marxista! ¡Yo soy graduado de la universidad! ¡No hay nada nuevo debajo del sol! Él era un hombre que se miraba de lo más ordinario. Y me dijo con una voz muy queda. Y me dice, Art, ¿sabes tú qué es lo que el mundo necesita? Y yo pensé, este hombre sabe cómo hacer las preguntas. Yo voy a tomar una buena pregunta. O yo escojo una buena pregunta y no diez respuestas baratas. Quizás el error de la iglesia es que nosotros hemos ofrecido respuestas aún antes de que nos hagan las preguntas. Cualquiera puede dar una respuesta formulada. Pero ¿quién sabe hacer las preguntas? No sólo con sus palabras, sino con su propia vida. Sí, yo sí quiero saber lo que el mundo necesita. Toda mi vida adulta he estado buscándolo. Es por eso que yo me salí de la escuela secundaria. Es por eso que me hice a la mar. Es por eso que asistí a institutos marxistas. Sí, quiero saber lo que el mundo necesita. Y con mis brazos cruzados. Él me dijo con una voz muy quieta. Art me dijo, lo que el mundo necesita es que los hombres se laven los pies los unos a los otros. Y ahí me fui yo para abajo. Me penetró a lo más profundo. Yo ahí tuve una visión de todos los art cats del mundo autosuficientes con sus ideologías, sus programas humillándose para lavar los pies de los más bajos. Y un clamor en silencio salió de mi corazón. Esto es. No necesitamos programas. Necesitamos el espíritu de humildad. Esa fue la primera vez en 34 años que la palabra espíritu había salido de mis labios. Es una categoría que yo no conocía. Y yo era un judío empírico. Yo necesitaba sentir algo, tocarlo, poderlo medir. ¿Qué es el espíritu? El espíritu de humildad. ¿Qué es? ¿Eso podría cambiar el mundo de la noche a la mañana? ¿Sin que se derrame una sola gota de sangre? Si este hombre me hubiera dicho, ¿Mira, hermano, lo que usted necesita es ser salvo? ¿Conoce usted a Jesús? ¿Sabe usted dónde estaría yo ahorita? ¡Muerto! Eso era lo que yo necesitaba escuchar. Un cliché más. Una palabra más que no era más que una fórmula. Una reflexión religiosa. Una acción refleja, religiosa. Pero Dios encontró un hombre de quien la palabra de Dios podía ser emitida. Calculado en la sabiduría de Dios. Para penetrar mi corazón. Y luego empezó a hablar conmigo sobre el Evangelio de Jesucristo en alemán. Y yo, ¿qué le iba a decir? ¡Eso no es para mí! ¡Yo soy judío! ¡Tenemos nuestro propio libro! ¡Eso es para ti! Pero yo no tenía voz. Ya, había perdido mi voz. Yo estaba estupefacto por lo que él había dicho. Yo tenía que escuchar lo que él dijera. Y yo dejé a ese hombre como si fuera un hombre drogado. Yo me alejé y estallé bajo el peso de lo que él dijo. ¿Cuántas veces he buscado a ese hombre? ¿Cuántas veces he ido a Suiza? En ese vecindario, precisamente, a las afueras de Zúrich, como ministro, diciéndole a cristianos, miren, ¿conocen ustedes a un Edwin? Yo tenía su nombre, su dirección en mi billetera, pero en Egipto me robaron la billetera. Eso es lo que sucede cada vez que vamos allí. Así es que perdí la billetera. Pero él, y decía yo, ¿trabaja en una agencia de automóviles? ¿Es contador? ¿Canta en el coro? ¿Sabe acerca de arte, de filosofía? ¿Conocen a un hombre así? Nadie, nadie conoce a Edwin. Tengo que pensar ahora. ¿33 años después? ¿Será? ¿En dónde está ese hombre? Se veía tan ordinario. Pero sus palabras fueron tan penetrantes. El que me estuviera escuchando fue un acto de amor. ¿Era un hombre, él? ¿O no sería un ángel? Esto es lo que les quiero decir, santos. Hasta que los judíos de la ciudad de Guatemala puedan decir de ustedes. ¿Será un hombre? ¿O un ángel? ¿Es un hombre o un ángel? Ustedes son los ángeles cuando ustedes les lleven la palabra de Dios dada en el momento por el Espíritu de Dios por aquellos que viven por ese Espíritu que no tienen ninguna otra fuente de vida. Ellos están esperando por esa palabra. ¿Cómo clamarán aquel de quien no han oído? ¿No han oído, hermano? No más que lo que yo había oído en Norteamérica. ¿Pero qué fue lo que yo había oído? ¿Algún Jesús que parece un bailarín de ballet sobre la cruz? ¿Totalmente no judío? ¿Una cultura cristiana? Yo no había escuchado de eso. ¿Cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y cómo predicará alguien a menos que sea enfiado? Porque el oír viene por la palabra de Dios. La fe viene por oír la palabra de Dios. Es creada por la palabra. Por aquellos que hasta ese momento no podían creer. La palabra que es predicada por aquel que es enviado. ¿Enviado por quién? Enviado por un cuerpo apostólico. No tanto la acumulación numérica de santos sino la comunidad de la fe viviendo en la autenticidad de esa misma fe pueden ser enviados de en medio de ellos de la misma forma en que nosotros hemos venido a ustedes en estos días de una comunidad así por la imposición de manos que quedan y nosotros que fuimos enviados que ustedes puedan escuchar a alguien más que un virtuoso o alguien muy inteligente sino que la palabra de Dios pueda ser para ustedes un evento a través de un hombre enviado por un cuerpo que lo envió todo el significado de la palabra apostólico esto es lo que los judíos están esperando incluso en su ignorancia yo aún no me había recuperado de este enfrentamiento con este hombre cuando llegué a la ciudad de Zúrich misma e iba yo caminando en unos bosques que estaban alrededor de la ciudad y me encontré con una mujer americana con quien yo realmente no debía haber tenido nada que ver ella se acababa de graduar de bachillerato estaba de vacaciones en Europa el tipo de mujer que los judíos llamamos wasps blanca, doble v anglosajona protestante wasp o sea, la antítesis de todo lo que nosotros somos como judíos así, antiséptico, sin sangre así, de lejos pero ella era asombrosamente fácil de estar con ella así, sin ningún tipo de malos pensamientos transparente sin temor y yo le dije ¿y por qué estás siendo amable? ¿por qué estás haciendo esto? y me dijo, mira, es el amor de Dios ah, yo había sido marxista, comunista pero, ¿en dónde había visto yo la bondad? yo, entonces empecé a probar esta mujer sus motivos, sus razones, ¿por qué? y ella respondió todas las preguntas de la misma forma es el amor de Dios, es el amor de Dios y yo ya no aguantaba oír esa frase de hablar de Dios y yo pensé, ahora sí, me va a ver esta mujer mi pasatiempo era ponerme a discutir con cristianos y vencerlos ese era mi pasatiempo entonces, esta muchachita, ¿qué me va a hacer? y yo dije mira, eres una buena muchacha y todo pero, yo no soporto esto de esto que hables de Dios respóndeme una sola pregunta que ningún cristiano me ha podido responder con éxito tú dices, ah, el amor de Dios, el amor de Dios ¿cómo sabes tú que Dios siquiera existe? ahora ya la tengo, dije ella va a empezar con alguna de esas cosas inteligentes que aprendió en la escuela dominicana y ahí la voy a deshacer pero, se me quedó viendo con esa carita anglosajona llena de la luz de Dios y me dijo, pero así con total sinceridad e inocencia me dijo, yo sé que Dios es porque Él vive en mí y ahí cayó así como un buey que había sido golpeado y como un boxeador que cae a la lona ¿qué me pegó? ¿qué fue lo que dijo? ni siquiera fue algo intelectual no digamos teológico ¿qué fue lo que le dio el poder? era verdad y ella tenía el rostro que lo comprobaba hijos, tienen un destino un destino para chocar con la historia Dios va a desarraigar de su nación a su pueblo escogido en donde quiera que ellos hayan establecido su seguridad Dios está rechazando porque los haré ser sacudidos de todas las naciones y ni siquiera uno de los granos caerá a tierra y yo creo que ustedes van a creer que todas las naciones, cuando dice incluye a Guatemala bueno, si no fuera así yo no estaría aquí el hecho de que yo esté aquí eso me indica que ustedes tienen un destino van a llegar a los desiertos de su nación no a los lugares principales los lugares encumbrados los lugares grandes no, a los lugares más escondidos a las calles de tierra a los vecindarios pobres en las noches en secreto y Dios se encontrará con ellos allí a través de ustedes cara a cara no importando cuánto sean ustedes provocados no importando cuán maleducados sean ellos no importando cuán malagradecidos sean ven una sola cosa el amor consistente de Dios y con ese no nos podemos ofender ese es el misterio que Pablo vio en Romanos 11 ah, la altura, la profundidad la anchura del amor de Dios del conocimiento de Dios quien le aconsejo es lo que Pablo está celebrando mucho más que la restauración de Israel sino que la transfiguración de la iglesia a través de la crisis de fe que llega a ella por medio del judío en su último extremo por medio de personas que no amen su vida hasta la muerte que no se consideran a sí mismos como preciados sino que viven para el propósito de Dios quien estableció el límite de su habitación y designó los tiempos para que ellos busquen a Dios y lo encuentren por la revelación de su propósito para que nosotros podamos cumplir más allá de cualquier habilidad que pudiera haber sino por el poder de su vida que él sea liberado en su resurrección y ahora es su vida eso significa mucho más que ser un cristiano de buenas intenciones eso significa convertirnos en eso precisamente a quienes los judíos se aferrarán y creerán porque ustedes deben ser el mensaje ustedes deben ser el mensaje en sí la demostración de la verdad porque ustedes son hijos e hijas yo he llevado a varios judíos al Señor hay una que está sentada aquí en la primera fila así por teléfono y me dijo ¿y qué es la salvación? y yo le expliqué y ella me dijo yo no estoy lista para eso y yo le dije cuando estés lista ahí me llamas y un poco después me llamó la palabra del Señor hay otra mujer judía me llevaron para verla ella era profesora en una universidad en Wisconsin y ella había vivido con un dolor profundo muy grande por siete años ningún médico la podía sanar eso es lo que le sucede a un judío cuando practica el yoga otros lo pueden practicar nosotros los judíos no tenemos que ser un pueblo santo para ellos no tenemos que andarnos metiendo con las desviaciones del mundo nuestros pecados se cuentan como dobles así es que me llevaron para verla y yo le dije así sin haberlo practicado le digo ¿cuál ha de ser la magnitud de su orgullo para que Dios haya permitido que esta enfermedad viniera sobre usted y ella después me dijo es que cuando usted me dijo eso es como que me hubiera pegado en la cara yo pensé que yo era un judío respetuoso yo nunca me había visto a mi mismo como una persona orgullosa pero usted me estaba mostrando me dijo ella como Dios me ve y así como yo soy en efecto porque los creyentes andamos por la fe y no por vista no nos vemos impresionados por lo externo y los judíos bien portados morales, éticos que ya tienen todo resuelto y no le gritan a sus esposas como nosotros les gritamos ellos necesitan ser salvos los otros hombres del año nosotros tenemos algo que decirles no nos vemos impresionados por lo que nuestros ojos ven en lo exterior o por lo que la palabra de Dios dice que es la condición de todo judío y de todos los hombres que impresionante puede ser no hay uno solo que sea bueno ni uno solo y si Dios se burla de la iniquidad entonces ¿quién podrá estar en pie? la iglesia es llamada a su labor profética o sea, comunicar las cosas como Dios las ve no como el hombre escoge que sea tenemos que llevar a los hombres a la forma en que Dios los ve porque es delante de ese Dios que comparecerán en el día del juicio no les puedo dar todo mi testimonio ahorita pero les he mencionado dos eventos principales uno que me vino a través de un hombre sofisticado que me habló y me dijo una declaración que me penetró de lo que el mundo necesita y luego una mujer sencilla demostrándome en mi propia cara la luz de Dios que yo jamás había visto y toda mi vida había estado yo en tinieblas con todos mis títulos universitarios y cuando yo me recuperé de lo que ella me dijo yo estuve celoso ella sí me provocó a celos por lo que había en ella y yo nunca antes había vislumbrado eso cumpliendo lo que Pablo dicen romanos han caído ellos o han tropezado ellos para caer no, sino que a través de su caída la salvación llegó a los gentiles para provocarlos a celos a los judíos bueno pasé unas semanas en Egipto con la comunidad judía que había allí en ese tiempo vi el judaísmo ortodoxo y algo que es inadecuado toda la religión, toda religión es inadecuada y tomamos un tren para ir a la parte sur de Egipto que estaba repleto de campesinos y no teníamos un lugar donde sentarnos y de regreso nosotros fuimos los primeros que entramos al vagón llegamos a la siguiente estación y la gente pobre estaba tratando de entrar empujando y este hermano judío me dijo mantén la puerta cerrada quédate en tu lugar no hay suficiente espacio para todos y yo pensé para mí bueno, es razonable o sea, no es algo generoso pero lo que Dios está pidiendo es no solo hacernos a un lado y hacer el lugar sino levantarnos y dar nuestro lugar poner nuestra vida eso es más que religión eso es la naturaleza de sacrificio lo que Dios mismo es para aquellos que son suyos así que, ¿dónde terminó Dios su obra conmigo? por supuesto, en Jerusalén en donde terminaba mi viaje y estaba yo en la universidad hebrea me estaba proveyendo libros un amigo judío y libros que explicaban por qué yo no tenía que llegar a ser cristiano eso no ayudó yo no podía deshacerme del anzuelo el Señor estaba atrayéndome y yo estaba así, coleando, coleteando y lo último que iba a hacer era visitar una comunidad judía ortodoxa yo quería ver el judaísmo real y yo estaba dispuesto si yo quería quedarme ahí con ellos pero, ¿será que yo me equivoqué si me puso en el bus equivocado y encontrarme perdido en Jerusalén y estaba yo dando vueltas salí del bus entré entré a la primera tienda que pude encontrar y le pedí a la mujer que me diera instrucciones y ella con mucha gracia me las dio y estaba por irme y me di cuenta que estaba en una librería y vi un poquito más de cerca biblias comentarios bíblicos nuevos testamentos y me doy la vuelta y le hablo a esta mujer judía y le digo, ¿qué es este lugar? y me dice, nosotros somos judíos creyentes en el Mesías Jesús esta es nuestra librería que está pegada a nuestra capilla y de pronto algo cazó mi corazón y oí una voz puedo decirles exactamente qué me dijo Jesús llamándome por nombre tú no debes salir a mí me estaban dando una orden el santo de Israel mismo un hombre que jamás se había sometido a una autoridad me quedé allí cuatro días y cuatro noches los judíos con sus manos levantadas adorando a Dios y con lágrimas cayendo por sus rostros y levantaban sus manos y ahí se podían ver los números tatuados de los campos de concentración adorando a Jesús con una fe no fingida con amor no fingido esto no era un show y abriéndome a mí las escrituras era el plan de salvación de Dios yo no lo podía entender la última noche me fui a dormir perplejo no podía entender por el poder de mi intelecto y en mi sueño el Espíritu de Dios puso entendimiento en mi corazón me desperté el 26 de mayo de 1964 creyendo y pudiendo invocar el nombre del Señor para la salvación y hasta este día así he estado y regresé a California salvo el Dios a quien yo no estaba buscando me estaba buscando a mí y yo no podía entender por qué desde la primera noche que regresé perdí a todos mis amigos me hicieron una fiesta de bienvenida y cuando los intelectuales y los judíos se reunieron y ahí había palabras por todas partes y yo de pronto me quedé extrañamente callado y una mujer judía se me preguntó a mí finalmente me dice Art, ¿por qué estás tan callada? usualmente tú estás metido en en medio de estas discusiones y yo le dije, sí, pero encuentro que esta discusión es totalmente irrelevante en cuanto a la vida ahora estoy viendo a través de nuevos ojos oyendo a través de nuevos oídos y ellos estaban involucrados en pequeñeces y me dice, entonces ¿qué es lo que tú crees que es relevante? y dije yo tengo que hacerlo no estoy listo para esto señor yo soy demasiado pequeño en la fe yo no sé cómo expresar esto señor bueno, lo voy a arruinar mira, es todo pensamiento que tú tienes cuando llega el momento determinado el Dios que ha diseñado, ha ordenado los límites de habitación y el tiempo allí Él requerirá que tú abras tu boca y yo abrí mi boca y Él llenó mi boca y yo perdí a todos mis amigos en una noche con mi testimonio sólo un hermano judío no me abandonó y a Él el Señor los salvó en la sala de su cuarto de su casa Él llevaba una fotografía de Jesús llevaba una fotografía de Jesús cuando Él murió cuando su vida terminó finalmente me invitaron a dar mi testimonio y eso que es? mira, comparte lo que te sucedió hermano así es que compartí en la comunidad donde había sido maestro y uno podía escuchar un alfiler al caer y era un un silencio santo la gente se me acercaba al final y era una mujer ordinaria nada así muy distintivo lo que podríamos llamar una mujer así llenita y me dijo hermano Katz usted no me conoce hermano Katz un gentil me estaba llamando hermano Katz pero mi hija asistió a su clase de historia en la universidad y ella sabía que usted era ateo y radical y ella mi hija todos los días regresaba a casa llorando por usted y me dice desde ese día no hemos dejado de orar por usted y el señor me dio un codazo en las costillas She is the one whose prayers have entered you into the kingdom of heaven. I am eternally indebted to a gentile woman who had never laid eyes on me, but prayed, and the effectual prayers of righteous men and women avail much to pursue a man through the nations, and to bring him to his God in the city of his God. And where have I been since? Jakarta, Indonesia. And Japan. And Australia, New Zealand several times. The Philippines. My ankles were swollen every evening for standing on a hard concrete floor. The saints would not let me go. Drawing the heart of God out of me. I have been privileged in sermon after sermon. Over the nations. And now to Guatemala. And it's not over yet. Because a woman prayed for me. Because a woman lifted up her face and said, Because a young woman lifted up her eyes and said, I know that God lives because He is in me. Because a faithful church worker was distributing New Testaments on the New York waterfront. We Jews will be eternally indebted to the true church of Jesus Christ in the earth. Among all nations. Out of whose faces we shall see His light into our darkness. And believe. It's your destiny. And it's ours. Let's pray. Thank you, Lord. For the high calling of God in Christ Jesus. Lord, this is beyond us. We're not able.
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Arthur "Art" Katz (1929 - 2007). American preacher, author, and founder of Ben Israel Fellowship, born to Jewish parents in Brooklyn, New York. Raised amid the Depression, he adopted Marxism and atheism, serving in the Merchant Marines and Army before earning B.A. and M.A. degrees in history from UCLA and UC Berkeley, and an M.A. in theology from Luther Seminary. Teaching high school in Oakland, he took a 1963 sabbatical, hitchhiking across Europe and the Middle East, where Christian encounters led to his conversion, recounted in Ben Israel: Odyssey of a Modern Jew (1970). In 1975, he founded Ben Israel Fellowship in Laporte, Minnesota, hosting a summer “prophet school” for communal discipleship. Katz wrote books like Apostolic Foundations and preached worldwide for nearly four decades, stressing the Cross, Israel’s role, and prophetic Christianity. Married to Inger, met in Denmark in 1963, they had three children. His bold teachings challenged shallow faith, earning him a spot on Kathryn Kuhlman’s I Believe in Miracles. Despite polarizing views, including on Jewish history, his influence endures through online sermons. He ministered until his final years, leaving a legacy of radical faith.