EXTRACTOS
P.30. 'Tal es nuestra conclusion. Reconociendo y sancionando este culto, la Iglesia de Roma se constituye iglesia idolatra, y todos sus miembros que no saben buscar la verdad detras del monstruos-o hacinamiento de impiedad con que la oculta, son supuestos por la misma condenados a la perdicion. El caudillo de esta Iglesia, que no se averguenza de prohibir y hacer que se prohiba, por donde quiera alcanza su ferula, la palabra de Dios, debiera saber cuando menos, se atesorase el espiritu de Cristo, que mejor empleara sus bulas barriendo la Iglesia Romana de todas sus iniquidades, que no promulgando tan injustas prohibiciones. Pero ya que, afferrandose contra mejora, esta iglesia proteje y consagra por todas partes un sinnumero de supersticiones y cultos erroneos, claro esta que con esto se alza y caracteriza como uno de los principales ajentes del Anticristo.'